Un grupo de trabajadores denunció que una empresa propietaria de la familia Caputo, dejó en la calle a 27 personas. A su vez, aseguraron que los hacían cumplir labores en una “pseudo cooperativa”.
Los trabajadores denunciaron que los propietarios de la compañía, también son dueños del hundido buque Repunte. Y en la actualidad, pretenden que la pesquera Ostramar lleve adelante una correcta registración laboral, debido a las serias irregularidades que tenía la empresa al momento de contratarlos.
El reclamo laboral después de los despidos, no solo comprende un fuerte reclamo de parte de trabajadores y familias, sino también un acampe en las puertas de la empresa pesquera. La cual todavía no ha dado ningún tipo de respuesta.
Cabe destacar, que el acampe se lleva a cabo en las puertas de la pesquera Ostramar, ubicada en la calle Guanahani al 3100, donde los trabajadores y las familias pretenden ser escuchados y que la empresa de la familia Caputo, se haga cargo de blanquear a todo el personal que dejó afuera el pasado 28 de febrero.
El reclamo se realiza junto a una carpa sostenida con pallets y cubierta con nylon. Además, se incluyeron banderas pidiendo la registración laboral y los trabajadores llevaron cubiertas de autos, con el fin de visibilizar la problemática.
Por su parte Daniel Alaniz, uno de los trabajadores que integraban la pesquera, sostuvo que lo único que le exigen a la empresa, mediante este reclamo pacifico, es que registren “en blanco” a todos los que integraban la compañía.
Alaniz, quien llevaba adelante tareas de procesado de pescado dentro de la firma, aseguró que «Ostramar es Marcela Caputo, que dirige la empresa tras la muerte de su padre. Son los mismos dueños del barco «Repunte». Queremos la registración laboral según el convenio 161/75, pero que no se nos tercerice, porque en una oportunidad lo hicieron en una pseudo cooperativa y es lo mismo. Parece que nos quieren reciclar. La empresa exporta el pescado que nosotros cortamos».
Asimismo, aprovechó para denunciar que existe «la vista gorda de todas las instituciones porque saben dónde está el trabajo en negro y no se mueven». Y comentó que en la gran mayoría, las personas que cumplen funciones dentro de Ostramar, oscilan entre los 15 y 20 años de antigüedad, y en algunos casos 25 años cumpliendo tareas laborales.
«Acá no trabajamos sino en Gianelli 1082, una cueva, donde llevan el pescado y una vez elaborado, lo traen de vuelta a Guanahani 3100, donde se envasa y exporta”, fustigó Daniel Alaniz, y concluyó: “Por eso queremos que se haga cargo el dueño del barco que es el que exporta. Basta de tercerización, que nos blanqueé. El sindicato nos apoya y nos trae los víveres para subsistir a este acampe. Todos tenemos familia».