El Ejecutivo local informó el balance positivo de la nueva ordenanza que rige desde septiembre, y destacó la labor de los sectores involucrados en llevar adelante los controles en las distintas calles de la ciudad. La actividad es “prácticamente nula”, aseveraron.
La administración de Guillermo Montenegro continúa con los operativos en la vía publica, y se detalló que en los diversos barrios donde se ejercía la prostitución, «volvió la calma» y “es prácticamente nula la actividad”. Además, se explicó que no funciona la nueva zona roja, por el hecho del fuerte rechazo y resistencia de parte de las trabajadoras sexuales.
El balance que realizo el municipio local, confirmó que a un mes de implementada la ordenanza municipal que prohíbe el sexo en algunos sectores de la ciudad, se labraron 76 infracciones. Y el número difundido, fue detallado por la Secretaría de Seguridad, quien se encuentra especializada en llevar adelante esta labor.
Por su parte, el secretario de Seguridad, Martín Ferlauto, sostuvo que, en la mayoría de los casos, las infracciones ocurrieron los últimos días de septiembre, y aclaró que el número de contravenciones aumenta los fines de semana.
“Estamos muy satisfechos con el trabajo que se viene haciendo”, señaló Ferlauto, y completó: “Los operativos de control que se llevan adelante vienen dando resultados muy positivos y en este mes registramos 23 denuncias y labramos 76 actas de infracción, la mayoría de ellas gracias al patrullaje de la Policía y la Patrulla Municipal, que recorre cada noche la ciudad”.
El funcionario dijo que hay una vía pública mucho más despejada, y hay mucho menos trabajadoras sexuales. Manifestando que de a poco “fue reduciéndose” y “la actividad es prácticamente nula” en algunos puntos de la ciudad, donde siempre existió la prostitución.
El secretario de Seguridad indicó que “lo más destacado no es el armado de los operativos” sino “la propuesta del intendente Guillermo Montenegro de elevar un proyecto de ordenanza”, que garantiza el bienestar de los vecinos de la ciudad, y que “implicó audiencias públicas y un sano debate que llevó a resolver de manera madura que no se puede llevar adelante la oferta y demanda de sexo frente a los domicilios”.
Para Martín Ferlauto, la decisión política del jefe comunal tuvo claros objetivos, y la comuna tuvo la “valentía” de llevar adelante “una discusión que no fue fácil”, teniendo en cuenta que “constituye una política de no retorno” y de “afianzar la situación de tranquilidad que buscamos para los barrios”.
“Estamos hablando de un promedio de poco más de dos actas de infracción por noche, un número muy bajo”, expresó Ferlauto, y concluyó: “En otras épocas solo en la zona de Luro teníamos a 50 trabajadoras sexuales por noche frente a los domicilios”.